Mirmecófilos

Los mirmecófilos son organismos que mantienen asociaciones estrechas con hormigas, habitando sus nidos o interactuando con ellas de forma obligada u opcional. Estas relaciones abarcan una diversidad notable de formas de vida que han desarrollado adaptaciones específicas para integrarse en el complejo entorno social de las colonias de hormigas.

Aunque la mayoría de los mirmecófilos conocidos son artrópodos, como coleópteros (escarabajos), dípteros (moscas), hemípteros (chinches, pulgones), ácaros, lepidópteros (mariposas, polillas), ortópteros (grillos) y miriápodos (milpiés, cienpiés), también existen hongos, nematodos, e incluso vertebrados, como algunas aves, reptiles y anfibios que explotan los recursos de los nidos o se benefician indirectamente de la presencia de hormigas.

Las estrategias de integración incluyen desde el mimetismo químico —que les permite evitar el reconocimiento como intrusos— hasta el desarrollo de estructuras anatómicas especializadas, como pelos tróficos, glándulas exocrinas o cutículas endurecidas. Algunos mirmecófilos participan en relaciones mutualistas, ofreciendo secreciones azucaradas u otros beneficios a cambio de protección. Otros adoptan posturas comensales o claramente parasitarias, alimentándose de larvas, huevos, reservas alimenticias o manipulando el comportamiento de las obreras para su propio beneficio.

La mirmecofilia representa un fascinante campo de estudio que ilustra con claridad la complejidad de las interacciones ecológicas y los mecanismos de coevolución en entornos sociales altamente estructurados como los de las colonias de hormigas.

Fuentes

  • Hölldobler, B., & Wilson, E. O. (1990). The Ants. Harvard University Press.[1]