El comportamiento depredador de las hormigas: una impresionante panoplia de adaptaciones morfológicas

Este estudio revisa la diversidad morfológica y conductual relacionada con la depredación en las hormigas. Aunque la mayoría de las especies son omnívoras, muchas han desarrollado adaptaciones especializadas para capturar presas. La depredación y el carroñeo fueron probablemente modos ancestrales en las hormigas del Cretácico, que ya poseían mandíbulas adaptadas para la caza.

Las especies terrestres, como por ejemplo Thaumatomyrmex, Linepithema humile, Aenictus, Eciton, Neivamyrmex y las pertenecientes a las subfamilias Dorylinae, Ponerinae, Amblyoponinae, Paraponerinae, Proceratiinae, Agroecomyrmecinae y Leptanillinae, muestran una gran variedad en la forma de sus mandíbulas (mandíbulas trampa, cortantes, o de cierre rápido) y estrategias para capturar presas como termitas u otras hormigas, mediante tácticas como eliminar guardianes o usar compuestos químicos para inducir el abandono de los nidos atacados. Las hormigas arbóreas, por su parte, dependen más de la visión y de tácticas de emboscada, como ocultarse o construir trampas. Las especies dominantes en la copa de los árboles forman grupos que inmovilizan presas grandes y, aunque pocas usan veneno, su actividad depredadora controla las poblaciones de insectos herbívoros.

Las hormigas aparecieron en el Cretácico y se diversificaron con el auge de las angiospermas, lo que permitió nuevas relaciones mutualistas con plantas y hemípteros productores de mielada. Su éxito ecológico se debe tanto a estas relaciones como a su capacidad depredadora. Muchas especies tienen aguijones que inyectan veneno con propiedades neurotóxicas o citotóxicas. Otras usan mandíbulas especializadas extremadamente rápidas. Su comportamiento social les permite formar grupos de caza eficaces.

Las hormigas depredadoras especializadas, como por ejemplo Thaumatomyrmex, Aenictus, Eciton, Neivamyrmex y representantes de las subfamilias Ponerinae, Amblyoponinae, Paraponerinae y Dorylinae, tienden a cazar ciertos tipos de presas, como termitas, lombrices, isópodos y otros artrópodos del suelo o del dosel. Algunas especies arbóreas, como ciertas Myrmicinae y Pseudomyrmecinae, han desarrollado comportamientos complejos como construir trampas o atacar desde estructuras vegetales (domatios).

En conclusión, la depredación en hormigas no depende únicamente del uso del veneno, sino también de una variedad de rasgos morfológicos y conductuales que reflejan adaptaciones evolutivas complejas. Se propone que futuros estudios integren enfoques filogenéticos para analizar conjuntamente estas adaptaciones y su relación con la evolución del comportamiento depredador.

📗 Estudio realizado por Alain Dejean, Xim Cerdá, Jérôme Orivel, Frédéric Azémar, Alexander L. Wild, Bruno Corbara, Axel Touchard
📅 Publicado: 24 de junio de 2025
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